image of Alvaro Ugalde climbing hill

In Others’ Words

Manuel Solís

14 Julio 2015

Don Álvaro: El Comensal

Eran pasadas las 5PM, y estábamos en el comedor de Sirena una buena cantidad de guardaparques haciendo fila para retirar cada uno la cena que le correspondía. En la fila don Álvaro y yo éramos los últimos.

Don Álvaro me susurró, “Manuel, vea aquello”. “Aquello” era un letrero que más o menos decía así: “No se permite sentarse a la mesa sin camisa. Por favor respete a sus compañeros”. Yo le contesté, “Eso no me convence”. Grande fue mi sorpresa cuando él me dijo, “A mí tampoco”.

La sorpresa fue que un hombre fino en la práctica de la urbanidad coincidiera con otro tan rústico como yo, en cuestionar (parcialmente) un convencionalismo social tan viejo y arraigado en nuestra sociedad.

Nota: Aunque sentarse a la mesa con la camisa puesta es una regla de buen comportamiento, que todo mundo acepta y respeta. En determinadas circunstancias, yo no. Esto por razones que no voy a exponer. Pero suele suceder que a veces es en la mesa donde menos se ve el respeto, porque es alrededor de ella donde muchas veces se escuchan las más feas vulgaridades.

Olvidé mencionar que Sirena es un puesto de [Parque Nacional] Corcovado donde antes estaba su administración.

Don Álvaro: Palero

Hace muchos años, quizás en los 1980s, yo hacía unas zanjas en los bordes de la pista de aterrizaje de Sirena, en [Parque Nacional] Corcovado. Estas eran para drenar las aguas que en invierno son tan abundantes.

Cierto día, como a las 10AM, don Álvaro llegó en una avioneta y me encontró trabajando en un feo lodazal. “Sabe una cosa”, me dijo don Álvaro, “Siempre he querido saber qué tan difícil es hacer esta clase de trabajo”. “No hay problema”, le contesté, “consígase unas botas y aquí lo espero”.

Efectivamente, don Álvaro regresó al poco rato con la misma ropa pero con botas de hule a ayudarme con una pala en el citado lodazal.

Si en las acciones humanas pueden haber moralejas, esta es estupenda para corregirnos cuando la prepotencia y la vanidad nos quieren sacar de la buena senda. Conmigo, en un lodazal, trabajaba el director del Servicio de Parques Nacionales de Costa Rica. Esta fue una de las facetas que hicieron grande a don Álvaro como ser humano, y luminosa su memoria.